Aunque parezca mentira, ya hace más de un año que nos conocemos y son muchas las cosas que han cambiado desde entonces: ya no lloramos tanto, sabemos escuchar a la seño, trabajamos mucho mejor, no somos los más pequeños del cole, ... Pero en nuestro recuerdo permanece aquellas caritas llorosas y chiquitas de niñas y niños que no sabían muy bien a dónde iban.
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